jueves, 27 de diciembre de 2012
"Mi idolatrado hijo Sisí"
Alguna vez, Cecilio Rubes, se sobrecogía pensando: “Quince años nada más; como mucho, veinte, y al hoyo”. Y dejaba volar su imaginación en torno a lo que encontraría más allá del hoyo. Le estremecía la idea de la nada. Para confortarse pensaba: “Bien, como cuando Napoleón. ¿Sufría yo en tiempos de Napoleón?” Inmediatamente pensaba: “¿Por qué como cuando Napoleón? ¡Yo creo en Dios! ¡Yo quiero creer en Dios!” Esa incertidumbre, ya que no otra cosa, espoleaba su apetito carnal. Quería disfrutar de la vida mientras pudiera y luego, ya de viejo, arrepentirse.
Miguel Delibes
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