sábado, 17 de mayo de 2014
Elogio de la ociosidad
"(...) Antaño era posible adorar la verdad; efectivamente, la sinceridad de la adoración se demostraba por la práctica del sacrificio humano. Pero es difícil adorar una verdad meramente relativa y humana. La ley de gravitación, según Eddington, es sólo una convención práctica de medida. (...) Cuando Spinoza creía en algo, consideraba que estaba disfrutando del amor intelectual de Dios. El hombre moderno creo, o bien (con Marx) que está influido por motivos económicos, o bien (con Freud) que algún motivo sexual subyace a su fe en un teorema exponencial o en la distribución de la fauna en el mar Rojo. En ninguno de los dos casos puede disfrutar de la exaltación de Spinoza."
Bertrand Russel
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